blog

Historias de vida
Fiorella

Fiorella

Era domingo, desde muy temprano, arreglé mi cabello y unas horas después, se veía lindo, me veía linda y muy entusiasta esperé la llegada de mi amiga Elena, ella vendría con su hermano Pablo. El living estaba ordenado y más tarde, sería testigo de aquella emoción que me había embargado después de estar cerca de él.

Elena y yo estudiábamos francés en la Alianza Francesa, ella había llegado de Potosí y en el colegio enseñaban francés y nosotras no éramos buenas alumnas, así que por disposición y recomendación de la Hermana Superiora Ángeles nos habíamos inscrito al curso del idioma y en la clase, nos hicimos amigas. Ninguna sabía que luego de un tiempo, el amor afloraría en mí, lo esperábamos, claro que lo esperábamos; a ella le gustaba un chico, Pavel, pero era el chico de nuestra compañera Alicia, así que no podía más que coquetear con él, para sentirse mejor, pero pensar en que como se decía aquella vez “en arreglarse”, no, era necesario respetar en todo momento la amistad y en especial desear que los amigos estén bien.

Esa era la vida, ser nobles, ser consecuentes y valorar la amistad. El amor llegaría un día, de eso, no había que siquiera dudar.

El tiempo transcurría, Elena, Pablo y yo éramos inseparables y éramos felices.

Diez meses después, nos comprometimos frente a un jardín de la Plaza San Pedro, cerca de unas flores que eran el motivo de nuestra ilusión y tres meses después, llegó el anuncio de la cigüeña y junto a los preparativos de la boda, llegó también la época más feliz de nuestras vidas. Nuestros papás eran amigos y ahora serían parientes, el amor nos unió para siempre y hoy vivimos felices, felices, muy felices. Sara tiene un año, Pablo 21 y yo 19.

La vida ha sido generosa con nosotros y nos avergonzaría pedirle más. Estamos bien, y es todo, somos felices y es todo.

La vida es linda y la ilusión no nos abandona, y podemos decir que tuvimos suerte y también que la merecíamos. Cada día agradecemos al destino por haber unido nuestros corazones.

Esa es la historia de mi vida y del amor que todavía me emociona de la misma manera que aquella tarde de domingo que lo conocí.

Fin. E.R.